Para mejorar nuestra calidad de vida, nada mejor que mantener una buena, sana y balanceada alimentación, para esto es importante tener en cuenta los beneficios de los diferentes alimentos, pues estos aportan nutrientes necesarios al organismo y nos protegen de diferentes enfermedades.
La alimentación en el cuidado de la columna
Para empezar, es importante resaltar que el cuidado de la columna no se basa solo en la postura, pues también tiene que ver con el buen dormir, manejar el estrés y tomar al menos una vez el sol por día, estos factores influyen por completo en la condición de nuestra columna.
A continuación, conoce una serie de alimentos necesarios para mantener la columna vertebral en óptimas condiciones, al consumirlos, notarás la diferencia.
Alimentos ricos en calcio: El repollo, brócoli, pescado, salmón, sardinas, col, leche, queso fresco, guisantes y yogur son imprescindibles para mantener y fortalecer los huesos, la espalda, la columna vertebral y los dientes.
Alimentos con alto nivel de cobre: Consumir mariscos e hígado es esencial para mantener fuerte los huesos y la columna vertebral; el cobre con el hierro ayudan a la formación de los glóbulos rojos, manteniendo así en buen estado los vasos sanguíneos, el sistema inmunitario y los nervios.
Alimentos con magnesio: Ayudan al crecimiento y el metabolismo de los huesos, se puede consumir arroz integral, quínoa, frambuesas, trigo, almejas y brócoli, pues tienen una poderosa fuente de magnesio.
Alimentos con bromelina: Esta enzima se encuentra principalmente en la piña, y ayuda a controlar el dolor y la rigidez muscular; además de tener un buen sabor, es versátil y funcional; así como el brócoli que también aporta esta enzima al organismo. Como se dijo anteriormente, es importante que el cuerpo absorba la vitamina D que aportan los rayos de sol, y diferentes alimentos como el hígado, aceite de pescados grasos como el salmón y el atún, y por último, la yema de huevo.
Cuenta siempre con manos expertas para tratar cualquier tipo de enfermedad y controlar una buena alimentación.
La alimentación en el dolor de columna
Cuando hablamos del tratamiento para los dolores de espalda, pensamos solo en medicamentos, masajes y cirugía. Es decir, todo aquello que nos puede curar. Nos olvidamos de la prevención, que a la vez puede formar parte del tratamiento curativo.
Puede funcionar caminar a diario al menos 45 minutos. Pero también influye el tener un peso adecuado y beber suficiente agua para mantenernos hidratados.
No debería sorprendernos que suministrar los nutrientes adecuados puede formar parte del arsenal preventivo.
Nuestro soporte mecánico y los movimientos dependen de los músculos, huesos y nervios que trabajan conjuntamente en nuestra columna vertebral. Todo aquello que necesite el cuerpo para mantenerlos o desarrollarlos debe ser suministrado por la dieta que hagamos.
Los alimentos adecuados para la espalda
Una dieta balanceada que contenga la cantidad correcta de vitaminas y nutrientes puede reducir los problemas de espalda. Debemos suministrar aquello que necesite el cuerpo para nutrir los músculos, huesos, discos intervertebrales y demás estructuras asociadas de la columna.
Una dieta saludable en general puede contener todo lo que necesitemos no solo para la columna vertebral sino para todo el cuerpo. Lo que hace diferente esta dieta es que llama la atención sobre aquellos nutrientes cuya falta puede hacer que tengamos problemas de columna.
Calcio
El calcio es el principal mineral con que se fabrican los huesos. Su ingesta es particularmente importante durante el crecimiento para la formación de los huesos. Pero puede ser crítico a medida que envejecemos.
Con el tiempo nuestro cuerpo va sufriendo cambios de todo tipo; metabólicos, hormonales, de desgaste, etc.
Uno de los cambios que puede traer la edad es la pérdida de masa ósea, la temida osteoporosis. Los huesos se vuelven débiles y quebradizos. Que se nos rompa un fémur o la cadera puede ser un gran contratiempo. Pero una fractura en la columna puede ser grave.
Sin embargo, un consumo en exceso de leche y suplementos de calcio no van a lograr que tus huesos sean más fuertes. El calcio que ingieres debe estar balanceado con otros nutrientes para que pueda ser absorbido y empleado de forma adecuada.
Ya sabemos que una fuente importante de calcio es la leche y todos los derivados como el yogurt y el queso. Menos publicitados como fuentes de calcio son los vegetales verdes como las coles, legumbres, almendras, naranjas y algunos pescados como las sardinas y el salmón.
Fósforo
Con calcio solo no pueden construirse huesos fuertes. Se necesita fósforo para maximizar el beneficio del calcio. Tomar suplementos de calcio sin suficiente fósforo puede ser una pérdida de tiempo. Y, en algunos casos, incluso un peligro para la salud.
Tanto el calcio como el fósforo se encuentran en los productos lácteos, pero la mayoría de los suplementos de calcio y de los alimentos a los que le añade, no contienen fósforo.
Otros alimentos que son ricos en fósforo son los huevos, los cereales y la carne.
Más de la mitad de los huesos están formados por fosfatos. Además, el fósforo es imprescindible en procesos metabólicos y en el almacenamiento y transmisión de energía dentro de las células.
Magnesio
Es un mineral que forma parte de la composición del hueso. También es necesario en más de 300 reacciones bioquímicas –que se sepa- que ocurren en el cuerpo. Cuando ingerimos poco magnesio, este es extraído de los huesos, los cuales actúan como reservorio. La deficiencia en magnesio suele ser bastante común, con lo que hay que vigilar la ingestión para prevenir la densidad de los huesos.
El magnesio es necesario además para la relajación y contracción de los músculos. Por tanto es indispensable para fortalecer los músculos que soportan la columna.
El magnesio se encuentra en los vegetales verdes (el magnesio forma parte de la molécula de clorofila), así como en el pescado, las semillas, aguacates, plátanos y chocolate negro (con más del 70% de cacao, así que no valen las tabletas de Cadbury).
Hierro
Este mineral juega un importante papel en la producción de colágeno y en la conversión de la vitamina D. También es indispensable en la formación de hemoglobina y mioglobina, las dos moléculas encargadas de transportar el oxígeno a los tejidos.
Vitamina D
La vitamina D ayuda al cuerpo a absorber el calcio, que ya vimos que es el principal constituyente del hueso. Sin suficiente vitamina D los huesos se vuelven débiles y quebradizos.
Es un compuesto liposoluble. La almacenamos en nuestra grasa y, de la misma forma, debemos ingerir alimentos grasos para poder obtenerla.
Las principales fuentes de vitamina D en nuestra dieta son los pescados con elevado contenido graso como el salmón y las sardinas, así como la carne roja, los huevos y la leche (entera). Los hongos son la única fuente de vitamina D de origen no animal.
La mayoría de la vitamina D que utilizamos es sintetizada por nuestro cuerpo. A través de los alimentos es difícil obtener toda la vitamina D que necesitamos. Producimos vitamina D cuando nos exponemos a la luz directa del sol. Y eso ocurre en la piel. Por eso la deficiencia de vitamina D es frecuente en los meses de invierno.
La deficiencia de vitamina D no solo está relacionada con la pérdida de calcio en los huesos.
Vitamina K2
Actúa como el director de orquesta en la distribución del calcio en nuestro cuerpo. Es una vitamina crítica para el metabolismo del hueso y a menudo esta en cantidades insuficientes en nuestra dieta.
La vitamina K1 es la forma vegetal de la vitamina K. Es transformada en la variante K2 cuando es procesada por nuestras bacterias del tracto digestivo.
La vitamina K2 la encontramos en carne, productos lácteos y la yema de los huevos. La vitamina K1 está presente en vegetales como las espinacas y el brócoli.
Vitamina C
Es importante para la fabricación del colágeno, que es el “cemento” que mantiene unido el cuerpo, además de ser parte fundamental en los huesos, cartílagos, tendones y músculos. También funciona como antioxidante. Una ingesta adecuada de vitamina C es importante para la reparación de músculos, ligamentos, tendones y discos intervertebrales.
La vitamina C puede encontrarse en frutas (fresas, kiwis, cítricos) y en vegetales como tomates, brócoli, espinacas y pimientos.
Vitamina B12
Es necesaria para la formación de las células que construirán el hueso. También es necesaria para la formación de glóbulos rojos, lo que ocurre en el interior de los huesos, en la médula ósea. La deficiencia de vitamina B12 puede asociarse a la osteoporosis.
La vitamina B12 solo puede sintetizarse en animales. No podemos obtenerla a partir de las plantas, por lo que los vegetarianos estrictos deben ingerirla a través de suplementos.
Entre los alimentos donde encontramos la vitamina B12 están los productos lácteos, los huevos y la carne.
Proteínas
Cuando hablamos de nutrientes para la salud de determinados órganos es fácil caer en el error de poner el acento sólo en las vitaminas y en los minerales. Sin embargo, las proteínas son las moléculas que catalizan las reacciones bioquímicas y son los ladrillos con los que se construye el cuerpo.
Algunos estudios sugieren que un consumo en exceso de proteínas puede conducir a una descalcificación de los huesos. De ahí que podría existir un peligro en las dietas en las que se consume un exceso de proteínas en relación al calcio.
La proteína estructural es el colágeno y llega a representar hasta el 30% del peso seco de un hueso. La formación de colágeno requiere el aporte de aminoácidos y de unos niveles adecuados de vitamina C.
Glucosamina y condroitina
Las proteínas son fabricadas a partir de unas moléculas más pequeñas llamadas aminoácidos. Dentro de los aminoácidos que forman los tejidos cartilaginosos y conectivos, podemos destacar la glucosamina y la condroitina, que suelen ir acompañadas en los suplementos nutricionales. Estos 2 aminoácidos, aunque pueden sintetizarse en el cuerpo, suelen recetarse como suplemento que ayuda a regenerar los cartílagos y mitigar enfermedades como la osteoartritis.